Espero no se sienta incomodo. Usted, dueño de aquélla garra que somete al ser, siendo capaz de tomarlo, como inferior, haciendo abuso inescrupuloso, sometiendo, esturgando, a quien imposibilitado de los privilegios merecidos, por tan solo haber nacido.
Hasta la última gota de sudor, roba incansablemente, como un títere que planta, sus débiles pies, sobre el suelo de un teatro, construido para su sublimación, creado por un motivo, con inmensas razones, que día a día con actitud de avalancha, devora todo lo puro, abriéndole la puerta al conformismo y corrompiendo cada ínfima molécula, que forja al humano, para desviar la mirada y fijar atenciones innecesarias, que solo opaca el sentido vital.
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